Siempre hay otra perspectiva
Os pongo una breve cronología de lo que pudo haber pasado mientras la mileurista sufría en un plató.
11:30 – Comienza la juerga. Alguien comenta que hoy va a ser el día de la llamada y todos se ponen como locos. JJ se descarga una aplicación que te permite buscar en todas las wikipedias al mismo tiempo. C ensaya tácticas para buscar más rápido.
14:00 – Hora de la comida. Después de una mañana de diversos marrones, algo de paz. Aunque se corre la voz y todo el mundo comienza a proponer cosas.
14:50 – Me pongo a recoger las cosas de comer para estar delante del ordenador a partir de las 15:00. Es el momento en el que comienza la cuenta atrás.
15:10 – Con los nervios, necesito ir corriendo al servicio. Dejo el móvil con los individuos estos ensayando voz de chica por si llaman y lo tienen que coger ellos. La chica de recepción me ve pasando al galope y me pregunta si ya ha llegado el momento. Esto es peor que un parto.
15:20 – El comodín 2 se conecta. Comodín 1 hablando con Comodín 2. Para relajar el ambiente, mientras intento concentrarme en mis labores para no pensar en nada más, él se dedica a mandarme zumbiditos. Porque está a 300 km de distancia, que si no me lo cargo.
16:00 – El comodín 2 despierta de la siesta y seguimos con el intercambio de zumbidos, los “dios, que nervios” y “qué estrés, quién nos mandaría meternos en esto” se suceden.
16:15 – Empezamos a desvariar y a imaginarnos los saludos que podríamos decir si nos llamasen. El “saludo a mi prima Mari Loli de Sevilla y a la clase de 7º B” es el ganador.
16:45 – Nos dedicamos a ir haciendo una cuenta atrás cada cinco minutos. M tiene varias reuniones y está viendo cómo se puede escaquear para poder estar aquí cuando llamen. Se llega incluso a proponer que se traiga a los invitados para tener varias manos más buscando.
17:05 – Suena el móvil. Reproducción de la conversación:
- Hola, soy David y te llamo de A3. R está sentada con Carlos.
- Perdona, pero es que yo no conozco a ninguna R.
- No, mira te llamo de ¿Quieres ser millonario? Porque R va a participar.
- Ya, pero es que yo no voy con R. Yo voy con la mileurista.
- Ah, vale. Pues eso, que la mileurista va a participar.
17:07 – Mis manos empiezan a adquirir un tono blanquecino y me empiezan a entrar ganas de vomitar. El comodín 2 despotrica porque a él todavía no le han llamado. Me entran las siete cosas y decido llamar a Mn que me ha ofrecido su móvil durante la hora de la comida. Ella baja corriendo, hacemos el intercambio de tarjetas y ohoh!! Horror!!! Se me ha olvidado el PIN. Cunde el pánico durante breves instantes, pero nos damos cuenta que lo que está mal no es el PIN sino la tecla a la que le estoy dando. El móvil se enciende y nos llega un mensaje. Vuelve a cundir el pánico hasta que nos damos cuenta de que el mensaje es de movistar.
17:15 – El comodín 2 confirma que a él también le han llamado. Qué ganas de que lleguen las 18:00 y saber que todo ha terminado.
17:25 – Hemos iniciado una cuenta atrás a través del Messenger. La gente se pasa de vez en cuando para ver cómo va la cosa y si ha pasado algo. M se escaquea de las reuniones de mil maneras distintas.
17:35 – Nos llaman. Todos en sus puestos, menos M que le está explicando a J por qué la gente está tan nerviosa. Todos coordinados. Cada uno con varios buscadores abiertos para buscar dependiendo de la temática de la pregunta.
17:36 – Oigo hablar a Carlos Sobera y a la mileurista. Yo hablo pero nadie me escucha. Como soy muy educada, espero a que terminen su frase y pruebo otra vez. Me siento invisible, pero Sobera termina por escucharme. Y empieza la pregunta.
17:37 – Mierda de 30 segundos. Con 35 sacábamos la respuesta. Si hubiéramos estado lúcidos y no histéricos sólo habríamos necesitado 15. Decepción general. Aquello parecía la plaza de Colón después de que Francia nos eliminara del Mundial. Vaya caras.
17:45 – Logro hablar con la mileurista pero seguimos sintiéndonos mal. La gente todavía está repasando qué fue lo que salió mal. Comentamos los errores y buscamos soluciones por si alguien vuelve a apuntarse. Caras de desolación, justificaciones por todos lados. Tres personas buscando en la misma página y con la respuesta en la punta de la lengua. C no sabía si reír o llorar cuando el principal resultado que encontró tenía que ver con una pelea callejera en Vallecas.
18:00 – Todavía sigue habiendo conversaciones variadas sobre el tema. Pero ya de forma esporádica. Al final, se terminaría enterando de todo hasta la presidenta de la empresa.
20:00 – Desolada y culpable por no haber podido ayudar a que la mileurista se convierta en multi-millonaria, llego a casa después de un duro día de trabajo y nervios.
PD: No hay nada que no resuelva el chocolate y alguna buena canción.